Mi vikingo canijo ya no mama, pero tiene sed, frío, calor, necesidad de
meterme la mano en el ojo a ver si estoy o me he fugao con los ahorros
de la familia, se destapa, lo tapo, se revuelve como si el edredón
llevase pinchos hasta que se lo vuelve a quitar... y así toda la noche.
Todas las noches. Sobrevivo a base de cafeína y melatonina. Me han dicho
que los hay que duermen toda la noche... leyenda urbana, yo voy a por
el primer café en pozal que las horas de sueño aún me salen a deber y
tengo media hora para metamorfosearme en persona.
Nota: de pequeña me llevé un disgusto cuando me enteré que se decía «edredón» y no «eNdredón». Desde entonces no me parece ni la mitad de calentico y esponjoso.
Nota: de pequeña me llevé un disgusto cuando me enteré que se decía «edredón» y no «eNdredón». Desde entonces no me parece ni la mitad de calentico y esponjoso.
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