jueves, 26 de enero de 2017

MI AMOR ES INFINITO, PERO MI PACIENCIA NO.


La de cosas que nos callamos para que no parezca que no queremos lo suficiente a nuestros hijos...  Pues no, mari, para mí poder quejarme de vez en cuando me supone una válvula de escape que me deshincha de presión los santos ovarios, y eso no es lo mismo que no quererlos, no no no, es sinónimo de reseteo emocional, como cuando estás muy, pero que muy encabroná, sueltas una palabrotaca más grande que tú y por esa bocachancla abierta de par en par se te va todo el enfado.
Te quedas en la gloria y aquí no ha pasao ná.
*Lo de las palabrotacas intento que no sea delante de los minivikingos, pero mira, a veces pasa, así que ahora intento mandar al carajo a Sesostris I o algún familiar suyo, para que no les sea fácil contagiarse de mis malos hábitos.
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